Tal y como dijimos en el capítulo anterior, el primer curso oficial de la Sección Artístico-Musical de la Escuela de Artes e Industrias (lo que hoy podríamos asimilar a nuestro Conservatorio) comenzó en octubre de 1927, hace ahora noventa años, efeméride que ha sido conmemorada con ocasión de la XXXIX Semana de Santa Cecilia destacando, entre otros, el concierto de la Misa de Réquiem en Re menor K 626 de Mozart que la Orquesta de Extremadura junto con el Coro Amadeus llevaron a cabo el pasado 24 de noviembre de 2017.
A pesar de las incomodidades que en ese año de 1927 presentaban las aulas, en obras y con una luz mortecina, el curso se desarrolló con notable éxito. Algo más de 170 alumnos completaron el primer año lectivo, el cual se clausuró con un acto en el Patio Central de la Diputación en donde se expusieron los conocimientos adquiridos con la interpretación de piezas al piano, al violín y ejercicios de solfeo.
Ya en 1930 se creó la clase de canto. Los niños, en aumento, debían pagar una matrícula de cinco pesetas y, los profesores, cada vez con más trabajo, decidieron solicitar de la entidad la creación de una plantilla y un sueldo fijos, los cuales se proveerían mediante concurso.
Un año más tarde, el Conservatorio Provincial de Música se trasladó al antiguo Seminario de San Atón, edificio aledaño al Hospital San Sebastián y que hoy se encuentra desaparecido el primero y pendiente de reutilización el segundo. Allí los alumnos encontraron más espacio y el profesorado mejores recursos. Tanto la estabilidad laboral ganada por los docentes en el concurso de méritos como el cambio de sede produjeron en el Conservatorio una estabilidad muy importante para su crecimiento y desarrollo.
Pese a la guerra que asolaba España, las funciones y conciertos se sucedieron en los años siguientes. Se celebraba la festividad de Santa Cecilia, se actuaba en los distintos salones de la ciudad y también de otros municipios, se bailaba y se daban los primeros pasos en dar a conocer el folklore extremeño…
Recién terminada la contienda civil el número de alumnos había superado ya con creces los trescientos. Además, otra vez hubo que cambiar de sede, pues el antiguo Seminario de San Atón fue ocupado por la Sección Femenina de Falange.
Trasladado al segundo piso de la Diputación, el Conservatorio fue a ubicarse en lo que a partir de ese momento iban a llamar “el palomar”.y que constaba de siete u ocho aulas. Como dice la antigua profesora de piano Manola Arcas y autora de la Historia del Conservatorio de la que estas breves líneas es deudora, el mobiliario era “viejo y feo”.
(Continuará…)